Aburrimiento

…Y un día ella se canso, se aburrió de la falta de palabras, de los silencios abundantes, de los desaires persistentes, de los diálogos precarios, de inventarse justificaciones, y se aburrió de escuchar canciones tristes, de mirar 500 veces las mismas películas y soñar que podía algún día pasarle algo similar, se aburrió de llorar, de pedir, de sentirse culpable y de volver al inicio. Esto paso unas 5 veces hasta que por fin también se aburrió de aburrirse y ahí, en ese punto paso lo mismo de siempre y recordó los momentos donde no se aburría, los besos profundos, los encuentros indecorosos que le volaban la cabeza, de las manos de él, de los gemidos de ella, de los “te amo”, de esos fugaces momentos donde el corazón se le disparaba y la adrenalina subía a limites inesperados, de las tardes compartidas, de los silencios cómplices y para variar todos los aburrimientos se le olvidaron otra vez, y el aburrimiento de aburrirse quedo una vez mas enterrado en algún lugar de la mente latente esperando la próxima ocasión en que falten las palabras, en que el silencio se vuelva denso, o que ella se invente alguna estupida justificación que seguramente no sea mas que un nuevo intento por justificar lo que ella sabe, el no va a cambiar… pero… ¿ella querrá que cambie?

Silencio

Siempre creí que el silencio era paz, tranquilidad, era la posibilidad de encontrarse con uno mismo sin la interrupción del entorno. Sin embargo hoy me encuentro temiendole al silencio, intentando evitar que el eco vació de tus ausencias me penetre hasta los huesos. Tratando con cada suspiro quebrar los silencios, desarmar las ausencias, queriendo con cada plegaria elevada volver a la caótica realidad de la que siempre me queje, queriéndote cada dia un poco mas y deseandote hora tras hora mas intensamente. Escuchando tus helados silencios, que para mi a esta altura son como una tetrica sinfonia, una marcha funebre, un adios por adelantado, intentando redimirme de esos lapsus histericos donde una lluvia verborragica escapa de mis labios armando mil frases sin sentidos, me veo aca, tan sola y tan con vos, tan callada y tan desesperada por hacer ruido, tan tuya y tan de nadie...

Ideario

"Me da vértigo el punto muerto

y la marcha atrás,

vivir en los atascos,

los frenos automáticos y el olor a gasoil.

Me angustia el cruce de miradas

la doble dirección de las palabras

y el obsceno guiñar de los semáforos.

Me da pena la vida, los cambios de sentido,

las señales de stop y los pasos perdidos.

Me agobian las medianas, las frases que están hechas,

los que nunca saludan y los malos profetas.

Me fatigan los dioses bajados del Olimpo

a conquistar la Tierra

y los necios de espíritu.

Me entristecen quienes me venden clines

en los pasos de cebra,

los que enferman de cáncer

y los que sólo son simples marionetas.

Me aplasta la hermosura de los cuerpos perfectos,

las sirenas que ululan en las noches de fiesta,

los códigos de barras,

el baile de etiquetas.

Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,

el paso obligatorio, las tardes de domingo

y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas

y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico y tanto sinsentido,

parado frente al mar mientras que el mundo gira."

Francisco M. Ortega Palomares